Las primeras casas bioclimáticas en el sur, para pobladores rurales
En un paraje de Chubut, con temperaturas constantes bajo cero en invierno, se construyen viviendas en las que el sol funciona como estufa, cocina y calefón. Un molino eólico permite desterrar las velas.
Infografía casa ecológica (Pablos Loscai)
"La base de la arquitectura bioclimática es la conservación energética", explica Edgardo Mele. Junto con la arquitecta Liliana de Benito diseñaron el prototipo, a partir de las necesidades expresadas por los futuros habitantes.
En una zona donde llueve 178 milímetros al año, el sol resulta el único combustible accesible para contrarrestar el bajo cero constante del invierno. En una vivienda con orientación adecuada, funciona como estufa, cocina y calefón. La ventilación cruzada y las chimeneas solares refrescan las tardes de verano. Y un molino eólico permite desterrar las velas y el farol a querosén (ver infografía). "Lo único que nos falta es producir biogás en el pozo ciego, para cocinar", anticipa Mele.
Clara, luminosa, con ventanas vidriadas, amplia: no se parece en nada a los ranchos de los paisanos. "Al principio nos asustamos al ver la forma que iba a tener la casa —confiesa Olga—. Pero era sólo cuestión de animarse, de hacer un esfuerzo y ponerse a aprender". Cocina, comedor y estar conforman un solo espacio de unos 28 metros cuadrados, concebido a partir de las costumbres de los paisanos.
Con monitoreo universitario
El programa de viviendas bioclimáticas para los campesinos del noroeste de Chubut tiene un enfoque multidisciplinario. Una geógrafa y licenciados en ciencias políticas abordan el ordenamiento territorial. Dos pedagogas sociales, la transferencia de conocimientos. La Corporación de Fomento (provincial) realiza las perforaciones para el agua.
El Centro Regional de Energía Eólica investiga sobre energías renovables. Los médicos aconsejan sobre las condiciones sanitarias. Los ingenieros agrónomos del Programa Social Agropecuario (nacional) y del INTA asesoran sobre los invernáculos y las cubiertas para las majadas.
Las primeras casas tendrán sensores de temperatura y humedad, y serán monitoreadas durante dos años por las universidades nacionales de Salta y de Tucumán. Se espera crear en Cushamen un centro dedicado a la arquitectura bioclimática, y hasta un barrio solar para alojar a quienes vayan a aprender de la experiencia.
Las Construcciones son luminosas, con ventanales y distintas a los ranchos que remplazarán.
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